PRACTICANDO EL AUTOCUIDADO
- Edurne Floristán Preciado
- 31 jul 2019
- 1 Min. de lectura
Es difícil cuidar de los demás si no cuidamos primero de nosotros mismos.
Encontrar espacios de respiro y de autocuidado es esencial para calmar la mente ansiosa y para hacer frente a las exigencias de la vida: estrés laboral, cargas familiares, etc.
Estar siempre en la mente preocupada desgasta, disminuye el bienestar y pone en riesgo nuestra salud.

El verano siempre es un buen momento para aprender a parar y para cuidarnos. El autocuidado no es autocomplacencia sinó un compromiso con nosotros mismos y nuestra vida.
No hacer nada es productivo. El silencio y los espacios en blanco al menos una vez al día facilitan la creatividad, reducen el estrés, calman la mente
Recrearnos en las zonas de confort. Dedicar tiempo a aquello que nos da tranquilidad (pasear, leer, bailar, coser, mirar una película, etc)
El cuerpo es nuestro templo. Mantener hábitos alimenticios saludables y ejercicio moderado es un compromiso de salud y cuidado.
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