El camino del yoga
- Edurne Floristán Preciado
- 14 mar 2017
- 2 Min. de lectura
El Yoga se ha incorporado desde hace décadas a nuestras vidas occidentales y cada vez más recurrimos a él en épocas en las que buscamos bienestar físico y mental.
Esta práctica milenaria que data su origen en el 1600 a. C y que proviene de la tradición hinduísta, permite que a través de una atención sostenida y una concentración en nuestro cuerpo lleguemos a estados internos de meditación y nos acerquemos a la esencia de nuestro ser.
Yoga en sánscrito significa “Unión” y es que cuando practicamos Yoga no sólo establecemos una mayor conexión entre cuerpo y mente sino que también generamos una unión más íntima entre lo mundano y lo divino.
Es Patanjali en su libro Yoga Sutras quien aproximadamente el s.III a C. recoge antiguos textos hinduistas y da forma a lo que en la actualidad se conoce como la práctica del yoga moderno. El cual diferentes maestros y gurús han ido dando forma e interpretando en base a distintas visiones con el paso de los años.

Y es que a día de hoy existen múltiples líneas y escuelas de Yoga y es fácil que nos suenen corrientes variadas como Hatha, Kundailini, Ashtanga, Iyengar, Vinyasa y un largo etcétera de yogas, que a pesar de lo exótico de sus nombres en esencia buscan lo mismo, ya que su propósito es acercar al ser humano a lo trascendental a través del cuerpo.
Éste acercamiento se hace en Yoga en primer lugar a través de una práctica física más o menos exigente y sus posiciones (Asanas), en segundo lugar mediante el manejo de las técnicas respiración (Pranayama) y por último gracias a la relajación y la meditación.
Tal como dijo el maestro Pattabhi Jois “practica y todo vendrá” y es que el Yoga nos acerca a las virtudes y limitaciones de nuestro cuerpo, así como a su desarrollo y evolución a través de su práctica. Fortaleciendo, flexibilizando y equilibrando nuestro físico adquirimos mayor control sobre la energía vital.
Vigorizar y relajar nuestro cuerpo mediante la práctica del yoga nos acerca a un estado de mayor autobservación, así como una mayor consciencia sobre nuestro entorno y pertenencia y unión con el todo.
Artículo escrito Revista Utopía nº3
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